hoy comparto el ensayo de Héctor Cadena para el Concurso de Escritura por el Mes de las Aves, que ganó el segundo puesto junto a Julie Watson. Héctor combinó una historia corta misteriosa con su conocimiento sobre la biología de las aves.
Enamorado....de las aves
En épocas de la
colonia, cuando los españoles que llegaron a lo que hoy es Quito, quedaron
admirados por la belleza, colorido y diversidad de aves. Una en particular, el
Huiracchuro, llamó tanto su atención que lo quisieron tener a su alcance, lo
encerraron en jaulas y evidentemente esta ave indómita murió de la pena de no
poder surcar más los cielos.
No es justificado
el apresar animales, esta mala costumbre innata en nosotros, los animales más
peligrosos de la naturaleza. Qué pena dejarnos llevar por la hermosura y querer
poseerla; deberíamos solo admirarla y estudiarla, que viene a ser una
admiración más minuciosa. Para mí las aves han representado mi pasión y mi
profesión. El encuentro con el ave de mi relato, pocos sabrán identificarla, y
si bien, no es un espécimen quiteño, bien podría seguir cambiando mi vida.
La observé por vez
primera, no precisamente en su medio natural, es decir donde pueden suplir sus
principales recursos: comida y refugio. Yo la observé, más bien en un hábitat de
leks, el sitio dónde los machos hacen despliegue, mostrando sus habilidades y
su buen aspecto físico, para atraer a las hembras y bueno, eso es otro recurso
también...
Me inquietó tanto
saber sobre su ecología que decidí visitar su hábitat natural, allí estaba con otros
especímenes. Si bien tenían el mismo canto que en otras ciudades, se acentuaba
más un dialecto particular. Las aves canoras del orden Paseriformes,
específicamente el grupo de los oscinos, tienen una siringe muy desarrollada,
asociada a muchos músculos y localizada en la tráquea, esto les permite emitir un
amplio repertorio de cantos. Además estas aves son muy vivaces, incorporan
melodías nuevas y así mismo tienen dialectos o tonalidades que cambian por
región.
Ya de regreso a mi
cotidianidad, admiré las fotos de este hermoso ejemplar, incluso en ellas se
notaba la sutileza de su plumaje, muy bien protegido con un especial aceite.
Las aves tienen una glándula especial en la base de su cola, denominada
uropigial, esta les provee aceite para cuidar sus plumas. Las aves pasan largo
tiempo preocupándose de su plumaje, acicalándose, untando aceite y reacomodando
plumas. Claro mi espécimen no requería mayor atención, ya se despertaba
hermosa.
Ya no es lo mismo
pajarear sin ver a ese espécimen en particular, espero volver a verla. Se
convirtió en mi ave predilecta, quiero saber más de su etología, es decir
comportamiento, de su biología, es decir su origen y sus proceso vitales, sobre
su fisiología, para entender como es su funcionamiento orgánico y porqué no más
de su anatomía…
HC
Que lindo relato, me encantaría poder admirar a esa especie de ave que causó tanta ternura y emoción. Felicidades! y Saludos!!
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