Primeramente,
Aves Quito desea a todos un feliz nuevo año!!
Para terminar el año 2019, el día
15 de Diciembre Aves Quito organizó el Conteo Navideño urbano de aves. Desde
2015 se lleva a cabo este evento para contar las aves urbanas en diferentes sectores
de la ciudad y los valles. Así se puede seguir las poblaciones de las aves
quiteñas y saber si están disminuyendo, creciendo o estables. Es un evento de
ciencia ciudadana, ya que son voluntarios que cuentan todas las aves en su ruta.
Mi ruta
fue la de Sangolquí; desde el monumento del Choclo por el parque lineal Santa
Clara a San Luis Shopping y luego del parque de San Rafael a la Bocatoma, cerca
al Puente 9 de la autopista Rumiñahui. De los 10 participantes inscritos,
solamente 3 asomaron el día del conteo a las 6 AM. Me imagino que a los otros
les costó levantarse tan temprano.
Empezamos
a contar en el parque Santa Clara, un parque pequeño pero lindo a lo largo del Río Santa Clara. Vimos Huiracchuros, Mirlos, Gorriones,
Pinchaflores, Pájaros Brujos, Eufonias, y escuchamos a Matorraleros.
Eufonia Lomidorado macho Autor: José Paucar |
El ave más
numerosa de la ruta fue el Quinde Herrero; contamos 90 individuos en un tramo
de unos 5 km. Es un ave pequeña pero muy conspicua y fácil de contar porque es
muy territorial (por lo general está en un solo lugar) y emite un sonido
metálico desde la cima de los árboles. El ave más pequeñita fue una Estrellita
Ventriblanca que por suerte detectamos volando, como una abeja, en un
Eucalipto. Los Huiracchuros también estaban presentes en grandes cantidades;
contamos 30 individuos. En un solo árbol se habían juntado siete de esta ave
quiteña tan representativa! También muy bonito fue ver una pareja de Eufonias Lomidorados, por sus colores las ¨estrellas¨ del conteo, que normalmente son difíciles de ver y solamente los escuchas en lo alto de los arboles. Al medio día llegamos al San Luis, y seguimos
nuestra ruta por el Valle de los Chillos en dirección a Capelo. Aquí nos cogió
el sol que brillaba muy fuerte y además la gente del Valle pasaba en sus autos con pitos y ruidos, pero continuábamos contando toda ave que escuchábamos
o veíamos. A esta hora la mayoría de las aves se había refugiado, entonces
pudimos avanzar rápido. Cuando estábamos perdiendo un poco el ánimo, de pronto vi una
silueta grande en un árbol seco sobre el Río San Pedro; era un gavilán! Después
de tomar fotos y observarlo muy bien, decidimos que podría ser un Gavilán
Aliancho, una rapaz migratoria oriundo de Norte América. Posteriormente fue confirmada esta identificación. Llegamos a la
Bocatoma cansados pero contentos de haber aprendido mucho y haber contribuido a
la ciencia.
El Gavilán Aliancho Autor: José Paucar |
Juan Guallichico, uno de los participantes y estudiante de la UCE, nos cuenta: ¨El Conteo
Navideño de Aves es una actividad educativa muy importante para todo tipo de
personas que quieran relacionarse mejor con la observación de aves dentro de la
cuidad. Pues permite aprender mejor que tipo de especies frecuentan los
alrededores donde viven las personas y como se deben observar y enumerar la
variedad de especies, es muy valiosa también en especial para los estudiantes
como medio sensibilizador y educativo ya que de esta manera valoraran mejor a
las especies de aves que habitan en los espacios verdes urbanos de su ciudad¨.
Julie
Watson, líder de ruta en el Sendero Ecológico la Vicentina, nos cuenta sobre su experiencia en esa ruta:
¨Llegamos al punto de encuentro en La Vicentina Baja; solamente 2 personas de la lista (lideres) y 2 amigos, nadie de los 20
inscritos. Sonó un trueno y se abrió el cielo a una tormenta tenaz. Fabio, el
coordinador/cuidador del Sendero Ecológico La Vicentina nos llevó a una cueva
para escampar. Al cabo de unos minutos nos percatamos que la cueva, en realidad,
era un largo y misterioso túnel con agua subterránea corriendo por los lados.
Este túnel era bastante peculiar, pues Fabio nos explicó que el mismo había
sido construido por los Incas en le época pre-hispánica.
Julie y Fabio en el Túnel pre-hispánico |
Cuando la intensidad de la lluvia bajó, salimos del túnel
y nos sorprendieron cerca de 20 Huiracchurros mojados disfrutando de un poco de
plátano y maíz en uno de los alimentadores. Estuvimos disfrutando de un
espectáculo que nos brindaron los Huiracchurros saltando de rama en rama,
jugando entre ellos a robarse la comida; cuando de pronto el mismo alimentador
fue el punto de encuentro de muchas mas especies de pájaros: un Matorrallero
Aliblanca, una Tangara Azul y Amarillo y varios Gorriones y Tórtolas
orejuda.
Huiracchuro macho autor: Julie Watson |
Al terminar la lluvia, pudimos caminar por otros senderos
al borde del río Machángara, y tuvimos la suerte de observar una Reinita
Crestinegra camuflada en unos arbustos densos. Escuchamos un ´tuit´ que
nos hizo regresar la mirada y encontramos a un Torito Chico, y un pequeñito
Estrellita Ventriblanca, chupando el néctar de una flor. Fabio nos
mostró varios árboles y frutas que se sembraron en ese lugar unos años atrás
para recuperar la flora antigua (nogal, macadamia, aguacate y guaba).
El atardecer nos sorprendió con sus resplendentes colores
y el cielo se hizo llamas durante el camino de regreso. Terminamos el día con
brillo en nuestros cachetes, eufóricamente felices de la experiencia¨.
En el nuevo año 2020 conoceremos los resultados de todo el conteo en las rutas por todo Quito y sus valles; desde el Ilaló, hasta el parque Metrosur, el Teleférico y el Zoológico Guayllabamba. Además de contribuir a la ciencia, lo más importante fue que muchas personas pudieron acompañarnos por primera vez en la observación de aves. Gracias a todos por levantarse tan temprano un domingo!!
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