viernes, 28 de diciembre de 2018

Año viejo, nueva vida!


Después del invierno frío y oscuro la primavera es muy importante en Holanda, mi país de origen. La primavera significa nueva vida; las hojas vuelven a los árboles y las flores como los tulipanes dan color a los jardines. También significa luz y calor después del invierno. Por ello la gente está alegre, sale a pasear a pie o en bicicleta. El primer día de primavera agradable las terrazas se llenan rápidamente.
La primavera también es la estación de los animales bebés; se puede ver corderitos corriendo felizmente por las praderas en todo el país. Las aves se reúnen con su amor de toda la vida o se preparan para encontrar una nueva pareja. En mayo todas las aves ponen sus huevos, así se dice en Holandés (¡pero en mi idioma rima!¨In mei leggen alle vogels een ei”). Para ello, los machos buscan cada mañana un punto alto, como un techo o copa de un árbol, para cantar y así conquistar a una hembra. ¡Escuchar las canciones de las aves cada mañana te hace sentir aún más alegre! Los machos también cantan en otoño, después de la reproducción. Sin embargo, se descubrió que en esa época lo hacen simplemente porque disfrutan hacerlo, lo que se muestra en la producción elevada de opioides (químicos de la auto recompensa), pero eso es otra historia…

Petirrojo cantando en la primavera

En los trópicos la época de la reproducción no es tan marcada. Muchas aves se reproducen a lo largo del año, por eso podemos apreciar su canto casi todo el tiempo, ¡qué felicidad! Desafortunadamente aún no se sabe lo suficiente de la reproducción de las aves ecuatorianas, incluso de las especies más comunes en Quito como gorriones, mirlos, tórtolas o colibríes. Por eso me dediqué durante  el 2018 a monitorear nidos del Quinde Herrero (Colibri coruscans) dentro de la ciudad y en los valles. He podido ver de cerca sus huevos, el nacimiento de los pequeños y su crecimiento hasta su fuga, es decir, cuando dejan el nido. He visto lo más adentro de sus nidos y las materiales que usan para hacerlos. No lo hago simplemente por mero gusto, mi meta es compilar datos de muchos nidos para luego escribir un artículo científico y así contribuir al conocimiento de la avifauna ecuatoriana.

Mamá Quinde Herrero en su nido

Aparentemente la hembra de Colibri coruscans es la que se preocupa de la construcción del nido y la crianza de sus pequeños; como los dos sexos son iguales en apariencia no lo puedo decir con completa certeza pero se sabe que en otras especies de colibríes solo la hembra es la encargada de estas dos labores. He observado que el Quinde Herrero usa en la construcción de sus nidos diversos materiales: fibras vegetales y artificiales, flores secas del Cepillo, plumas, pelos y semillas. El nido tiene la forma de una copa no profunda. Nuestro Quinde también es muy versátil en los lugares donde construye su nido: los he visto en tendederos de ropa, tubos de agua caliente, rejas de puertas, motores eléctricos de puertas, pero también en arbustos y árboles de jardines y parques. La madre  pone dos huevos, blancos y elípticos en esa cuna elaborada cuidadosamente. Los huevos solamente miden unos 3 centímetros. Después de catorce días de incubación, en cual la hembra pasa mucho tiempo encima de los huevos, el primer huevo eclosiona. El otro huevo, puesto un día después del primero, eclosiona igual un día más tarde. En algunos casos el polluelo de unos de los huevos nunca nace.

Colibri coruscans de pocos días de nacido

















Cuando nace, el pequeño pichón mide menos de 3 cm y es desnudo como ratoncito, excepto de algunas plumas en su espalda, que luego desaparecen. Sus ojitos están cerrados. Los primeros días se queda quieto en el nido mientras su madre le calienta con su cuerpo, saliendo poco tiempo para buscar comida y alimentarlo. Probablemente le da en ese tiempo bastantes insectos y poco o nada de néctar. Con el paso de los días la madre se ausenta más tiempo y el pichón, ya con sus ojos abiertos, reacciona a su llegada (o cualquier objeto cerca de su pico) con el pico desesperadamente abierto. Esa reacción desaparece luego, igual que la madre que ahora viene a alimentarlo solamente cada hora más o menos. Se supone (basada en otras especies) que en este tiempo le alimenta con menos proteínas y más néctar.
Después de dos semanas, ya muchas de sus plumas han salido. El dorso y el vientre son unas de las últimas partes en cubrirse de plumas. Se puede observar que el polluelo acicala frecuentemente su nuevo traje. Después de tres semanas el pichón ya es todo un jovencito guapo con plumas cafés que brillan verde en la luz. La característica mancha púrpura en la cara empieza a aparecer. 

Sus plumas han crecido mucho, pero la espalda aún está desnuda



El polluelo está listo para su primer vuelo!

















Técnicamente podría volar, pero por lo general se queda unos días más esperando tranquilamente en el nido para prepararse bien para el gran día: su primer vuelo. Pero, la historia no termina aún, ya que el pichón se queda aproximadamente un mes más con su madre. Mientras ella busca alimento, él práctica sus alas en vuelos cortos. Luego también prueba de libar su primera flor y estará listo para ir en búsqueda de un nuevo territorio y colorear nuestros jardines con su presencia.
Tal vez hay millones de estas avecillas, pero cada vez es muy emotivo presenciar como un ser tan pequeño e indefenso crece tan rápido y se convierte en todo un colibrí: con su pico de colibrí, sus plumas y alas de colibrí, y toda confianza de ser colibrí y hacer para lo que nació.

El bebé ya puede volar, pero aún se queda con su madre un mes más

Muchas gracias a Oswaldo Ponce, Héctor Cadena y todas las personas que me han ayudado en el monitoreo de los nidos este año. Si observan un nido de Colibri coruscans pueden comunicarse con Aves Quito. Si ven un nido de otra especie y están interesados en monitorearlo, podemos apoyar durante el proceso. ¡Que 2019 nos traiga mucho más conocimiento sobre las aves quiteñas!



martes, 18 de diciembre de 2018

Poesía y Pasión por las Aves

Hola con todos!

Antes del Conteo Navideño y los feriados, les comparto las últimas participaciones del Gran Concurso de Aves que se realizó en el mes de Octubre. Ya vimos los ensayos de Martha Falconí, Julie Watson y Héctor Cadena. Ahora tengo para ustedes un poema desde Costa Rica (!!) de Rolando Zúñiga, y Samantha Ulloa nos cuenta cómo empezó su amor por las aves. Todos muchas gracias por participar! Y a todos nuestros seguidores les deseo un feliz Navidad y muy bonito Año Nuevo, que sigamos trabajando por las aves en el 2019!

Palabras dentro de las entrañas del páramo ecuatoriano de Pachamama hacia su amigo colibrí “Estrella de Garganta Azul”…. 

“El mundo crece y crece de una manera lenta… 
tan lenta que no vemos los daños que podemos causar; 
cada día somos más y más personas… 
ya no hay campo para tanta inconsciencia...!
si ellos no entienden que deben de crecer en armonía con la naturaleza… 
va a ser,… no solo tu final “Estrella de Garganta Azul”, 
sino el de toda la humanidad…! Ve!!! Vuela…!!! Dale esperanza a la humanidad… 
Emerge en al centro del mundo... llevando este mensaje de paz con el planeta, de paz con uno mismo”. 

Rolando Zúñiga Salazar 
Costa Rica 
2018 octubre



Por qué las aves son mágicas para mí

En esta ocasión hablaré de las aves; esos seres mágicos, espontáneos y especiales para mí.
Cuántas personas no han soñado en volar! Pues yo soy una de ellas. Al observar a las aves volar y seguir su camino, muchas de ellas cruzando fronteras, me contagio de su alegría y admiro su impotencia; desde las aves más pequeñas como los Gorriones hasta el Cóndor Andino, una de las especies voladoras más grandes. 
Mi pasión, gusto por las aves empezó hace casi un año en el conteo Navideño de aves Mindo-Tandayapa. Recorrimos esta zona del bosque nublado; madrugamos para escuchar el sonido de las aves, su forma de comunicación. Fue música para mis oídos. Después avanzamos dentro del bosque para observar Carpinteros, Tucanes, Garzas, el conocido Quetzal, el Motmot, el Red-headed Barbet y una infinidad de colibríes. 
Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Así que continúe en el mundo de las aves. Encontré al grupo Aves Quito y participé en el Global Big Day en la Reserva Antisanilla de la Fundación Jocotoco con Fernanda Salazar como guía del grupo. Observamos nidos del Cóndor Andino en el Peñón del Isco con la ayuda de Wladimir Ushiña, propietario de Tambo Cóndor, un hermoso lugar. Dentro del mismo también observamos al Rayito Brillante y varios colibríes incluyendo el Colibrí Gigante. Después de esto dentro de la Reserva vimos Chuquiraguas, Conejos de Páramo, una familia de Venados de Cola Blanca y lo más impresionante: el Estrellita Ecuatoriana y el Cóndor Andino en pleno vuelo, algo anhelado para mí.
Con respecto a mi ave favorita de Quito, es el Gallo de la Peña: esa es otra de las aves que está en mi lista de verla antes de morir, al igual que el Águila Harpía, y el Cóndor,  pero afortunadamente ya lo vi. 
Esto es todo lo que puedo compartir con respecto a mi experiencia con las aves.

Gracias

Samanta Ulloa