Este mes hace 75 años los holandeses celebraron el final de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, no podemos celebrar la libertad en libertad. Esta vez el enemigo no fueron humanos vecinos, sino una cápsula de proteínas rellena de ARN (ácido ribonucleico, el único material genético de ciertos virus). Pocas personas previeron el impacto que iba tener en el mundo, incluso yo misma. Sería lindo pensar que ahora el mundo dijera: ¨nunca más una pandemia¨, como Europa dijo después de la Guerra Mundial 2: ¨nunca más una guerra¨. Como consecuencia nacieron las Naciones Unidas.
¨Nunca más una pandemia¨, ¿creen que es posible? Las pandemias se relacionan con el nivel de destrucción de la naturaleza, ya que muchos virus tienen su origen en los animales (mamíferos). Destruimos su hábitat, los traficamos, entonces estamos más y más en contacto con ellos, lo que facilita la mutación de un virus que pueda infectar a los humanos. Cuidar el planeta es cuidar nuestra salud. Lastimosamente, con la crisis económica que ya se está llevando a cabo, más gente entra en la pobreza y necesitará obtener recursos naturales para sobrevivir, lo que dificultará la protección de la naturaleza.
Pero, a pesar de todo, he tenido la suerte de vivir la pandemia en un sitio tranquilo. Cada mañana durante estos 70 días he caminado la misma vuelta corta y necesaria con mis perros. He visto el Ilaló misterioso con franjas de nubes y alegre con un sol radiante. He podido contemplar diez diferentes volcanes y montañas incluido los dos Ilinizas, y a veces ninguno. Sin embargo, lo más importante: he conocido mejor a las aves de mi barrio.
Garza Nívea en el reservorio de Guangopolo Autor: José Luis Paucar |
Gaviota Reidora en el reservorio Autor: José Luis Paucar |
Polluelos de Golondrina Ventriparda listos para volar (el tercero ya voló) |
Golondrina Ventriparda adulto Autor: José Luis Paucar |